Los guerreros deberán superar una prueba eliminatoria en la que tendrán que demostrar su destreza, su concentración y su resistencia para inscribir su nombre al obstáculo definitivo.
Solo dos competidores del mismo sexo se verán frente a frente en una estructura que pesa 10 toneladas y que ha sido diseñada especialmente para la ocasión. Así lo explicó Andrés Guerra, jefe de Imagen y Promoción de Unitel. “Tendrá una altura de ocho metros. Alrededor de 100 personas trabajan para que todo salga a la perfección”, anticipó.
Fiorella fue la primera en clasificarse a la gran final, después de que su equipo se impusiera al de Astrid, que ya ganó la primera temporada del programa. Igualmente, Rubén consiguió el cupo para la final al vencer a Ross.
Al cierre de esta edición (17:00) no se conocía al equipo finalista que mañana competirán individualmente para apretar el botón de la felicidad.
Ánimos
Los capitanes de los ‘teams’ rojos y amarillos explicaron a Sociales&Escenas que están concentrados para hacerse con el cheque. “Estamos con todos los ánimos para destruir el escenario. Con mucha garra. La clave para ganar es ser constante y disciplinado. También influye el apoyo del público, que se siente en el estudio y a través de las redes sociales”, sostuvo Ross.
Por su parte, Iván, afirmó que están emocionados. “Estoy feliz con todo lo que hemos logrado con el equipo. Creo que esta fue la mejor temporada del programa”, aseguró.
Lo que viene
El lunes comienza la cuarta temporada de la franquicia televisiva con nuevos juegos y las pruebas históricas. Los conductores Ronico Cuéllar y Eloisa Gutiérrez continuarán al frente del espacio.
Guerra adelantó que en este nuevo ciclo tendrá una nueva modalidad de juego y nuevos aspirantes. “Más de 5.000 personas hicieron casting en Cochabamba, La Paz y Santa Cruz”, dijo.
Ya se sienten la adrenalina y las emociones
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