domingo, 16 de noviembre de 2014

La pareja ganadora de Calle 7 programa de TV Los gladiadores en un intenso cuerpo a cuerpo

Finalizaron el programa de competencias Calle 7 (Unitel) con el honor de haber ocupado el primer lugar, además con ‘platita en mano’ (Bs 50.000 cada uno) y con amor en el aire. Astrid Vaca (AV), de 22 años, y Marco Flores (MF), de 24, se hicieron cortejos hace casi un mes mientras competían en el programa. Desde entonces son la pareja más mediática.
Él continúa en Calle 7 como entrenador de los nuevos competidores y a ella ya le llegaron propuestas para trabajar en televisión y en el modelaje.

Con la típica complicidad de una nueva pareja, estos tortolitos hablaron de los celos, de lo que piensan hacer con el dinero que ganaron y de cómo les cambió la vida su incursión en la pantalla chica.
Su romance surgió a la vista de todos, pero al principio no se querían…
(AV): Al comienzo Marco no me caía, lo veía odioso, él quería llevar la batuta en todo y eso no me gustaba.

¡Y de la antipatía nació el amor!
(AV) No había compatibilidad, te voy a ser sincera, Marco era un donjuan ¡ay, no!, yo veía cada cosa y me sacaba canas verdes.

¿Coqueteaba con otras chicas del programa?
(AV): ‘Otras’ es poco, ¡con todas! Y como yo estaba saliendo de una relación, decía: “Pucha, qué se creerá este (risas)”. Pero cuando la competencia comenzó a ponerse más dura, yo tenía mis debilidades en las pruebas de la cinta y de los péndulos. Pedí ayuda a Marco, que era el capitán del equipo rojo. Como entrenador me sacaba la mugre, pero me ayudó harto y de ahí en adelante comenzamos a tener más contacto, me di cuenta de que era diferente a la imagen que tenía. Es tierno, atento, bien caballerito, pero es celoso (risas).

(MF). Desde que la vi me pareció la más bonita, y cuando tuve la oportunidad de conquistarla, no la desaproveché.

Marco, se te conocía como el ‘chinchi’ del programa, pero de pronto apareciste en el set con saco y mariachis para declararte a Astrid…
A Astrid le gustan los detalles, entonces quise demostrarle que la quería, haciendo eso por primera vez en mi vida, porque aunque he tenido novias, nunca me he declarado a una mujer.

¿Fue idea tuya o de la producción?
La idea fue mía, pero la producción me ayudó.
Todas las peleas y dimes y diretes que se vieron en el programa, ¿eran
reales o hay partes actuadas?

(AV): Las cosas se han ido dando, nada ha sido preparado porque el hecho de competir te pone así, un poco tenso.

(MF): Las peleas eran de verdad, yo sacaba de las casillas a todos, era más o menos el perfil de malo que tenía, y varias de las peleas las hice a propósito, pero las reacciones de los otros chicos fueron naturales.
Marco, ahora estás trabajando como entrenador de los nuevos chicos de Calle 7...

(MF): Sí, quiero que sean mejores que los de la primera temporada y tienen potencial. Solo hay que corregir algunos errores y evitar a las personas que no rindan.

¿Y a Astrid no le da celos que estés en el programa con las nuevas chicas? (MF): Se muere de celos (risas)…

(AV): Por suerte está Anita, que entró al programa para sacar los trapitos al sol de la segunda temporada y eso incluye todo lo que haga Marco. Anita lo odia (risas), o sea que lo tiene bien vigilado.

Marco, otra faceta tuya es que sos devoto católico, ¿desde cuándo?
Toda mi adolescencia crecí sin padres. Mi madre se fue a España y mi padre trabajaba mucho.

En esa etapa rebelde me eduqué solo, entonces gracias a la Iglesia no me metí a los vicios y me dediqué al deporte, por eso soy devoto. Voy a la iglesia Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, estoy en el ministerio de música, toco guitarra, teclado, bajo y también canto.

¿Y ahora lo acompañás, Astrid?
(AV): No, porque me duermo, pero más adelante yo creo que sí.
¿Cómo se ha sentido el cambio en sus vidas después del programa?
(MF): Al principio incómodo, porque no me gustaba salir a la calle, estar bien vestido y sonreír cuando la gente me hablaba.

¿Y cómo manejan su relación en público?
(AV): Eso también es medio incómodo porque la gente te observa, pero es lindo que los niños se te acerquen. A Marco lo ven como a un superhéroe.

¿Qué piensan hacer con el dinero que ganaron?
(AV): Me inscribí a la carrera de Comunicación Social, nunca pensé que fuera tan bonita la televisión. Invertiré mi plata en eso.

(MF): Quería abrir mi propio centro de entrenamiento de fitness grupal, pero por el trabajo debo seguir en Calle 7 y en el ‘gym’, así que voy a comprar una movilidad porque llegará mi madre y quiero que ella esté bien cómoda acá.

Dijeron que querían irse de viaje con su premio…
(AV): Bromeábamos con irnos a París, pero a mí me llama más la atención ir a una playa del Caribe. Aún no está decidido.

Astrid, ¿tu contrato en Unitel sigue?
En sí, el contrato es por un año, pero obviamente ya no voy a aparecer en la pantalla. Ayer se me abrieron muchas puertas, ya me han ofrecido propuestas para conducir un programa y me hablaron de una agencia de modelos, pero creo que decidiré más adelante. Promociones Gloria es una opción porque antes trabajaba ahí, cuando fui srta. Tarija.

¿Qué ha sido más difícil para vos: competir en el Miss Bolivia o en Calle 7?
El Miss Bolivia fue más difícil por la presión de estar en un concurso de belleza. En las coreografías me ponía nerviosa, mi carácter no me ayudaba, yo era muy jovencita, tenía 17 años y mi mentalidad era más cerrada. En cambio, cuando tenía que competir en Calle 7, sentía que lo hacía bien

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